Hoy en día, en un momento en el que parece que “cualquier tiempo pasado fue mejor” y que todas las ideas ya han sido explotadas con anterioridad, resulta difícil sorprendernos. Realmente, el consumidor ya ha visto de todo. Aún resulta más complicado satisfacer a los amantes del Arte y la Cultura. El “consumidor” cultural, suele ser una persona versada y con profundos conocimientos de la disciplina artística (o cultural) que le interese. Es por este motivo, que cada vez son menos aquellas actividades que consiguen atraer nuestra atención y levantar nuestro interés. A las disciplinas ya clásicas (pintura, escultura, literatura, cine, teatro, música...), se han unido otras de más nueva creación (arte digital, video-arte, fotografía, instalaciones, perfomances,...). De manera que uno tiene la impresión de “estar a la vuelta” de todo lo que se cuece en el ámbito artístico-cultural. Sin embargo, hay una serie de disciplinas que no son, propiamente, consideradas como Arte o Cultura, pero que se encuentran estrechamente ligadas a ellas. El ejemplo más claro es el de la Gastronomía. ¿Acaso no consideramos todos que la alta cocina es un Arte? Si el Arte es el alimento del espíritu, la satisfacción que podemos obtener a través de nuestro paladar se encuentra casi al mismo nivel espiritual, a pesar de que sólo se trata de satisfacer una necesidad fisiológica. La idea consiste en mezclar varias de esas disciplinas clásicas y apoyarlas con exquisiteces culinarias. Realmente, la mezcla levanta pasiones. ¿Cómo nos sentiremos después de una velada de música clásica acompañada por una excelente comida? La sensación de plenitud está asegurada. Aquellos eventos que sean capaces de encontrar la combinación adecuada para el momento, tienen mucha mayor probabilidad de satisfacer al consumidor cultural de nuestro tiempo. Y es que...”no sólo de pan vive el hombre”
foto :fuente music & gastronomy el mirador alto |
No hay comentarios:
Publicar un comentario